Se aplican los disclaimers habituales. (RK NO es mío y esto no tiene fines de lucro)

 

Capítulo 12: Revelaciones (Segunda Parte)

 

Cuando lo vio al pie de la escalera se preocupó. Y su preocupación  aumentó al ver que de sus manos goteaba sangre...

Se apresuró a bajar la escalera, con un nudo formándose rápidamente en su estómago.

 

-         ¿Que te sucedió?

-         No es nada... Sólo una tontería de mi parte...

-         ¿Sucedió cuando estabas con Shishio?- Todas las alarmas se prendieron en la mente de Asiyah.

-         S-sí. ¿Algún problema?

-         Muy probablemente... - su voz era apenas un murmullo. Pero debería dejar esta nueva preocupación para más tarde- Déjame ver.

 

En pocos minutos estaban a la puerta de la biblioteca, él con la mano completamente curada y la ropa libre de rastros de sangre.

 

Asiyah respiró aliviada al ver a Mei Lin y otros sirvientes en la habitación. Si alguna gota de la sangre de Enishi había caído sobre la alfombra, seguramente la bruja no habría tenido oportunidad de echarle mano a causa de la presencia de la servidumbre.

 

Sadoshima y Seta la miraron con sorpresa. Yumi estaba molesta y Shishio compartía el mismo estado de divertida expectación que Enishi.

Se sentía expuesta como una especie de trofeo, y eso claramente, era algo que no iba a soportar. En cuanto sus actuales invitados sacaran los pies de la casa, tendría una larga charla con Enishi.

 

Mei Lin se aproximó para avisarles que la cena estaba dispuesta, y Asiyah aprovechó para ordenarle que mientras cenaban, cambiaran la alfombra de la biblioteca por la de su habitación.

 

-         Ordenaré que mañana a primera hora...

-         ¡ No! Debe ser ahora, mientras cenamos.-  hablaba por lo bajo

 

Asiyah sabía que la sangre jamás era limpiada por completo de ninguna tela donde cayera. Siempre quedaban suficientes rastros... Era más seguro trasladar la alfombra a su cuarto donde podría encargarse ella misma de solucionar el dilema, que ordenar que la limpiaran. Posiblemente, los sirvientes ni siquiera considerarían digna de atención las pequeñas gotas que pudieran haber caído. Después de todo, el corte no había sido demasiado profundo, y solo había manchado un poco las ropas del propio Enishi.

 

-         Pero señora...

-         No quiero discusiones. Y revisa cada rincón de la biblioteca y el pasillo. El amo se cortó con la copa. No debe quedar ni una sola gota de su sangre en el lugar. Revisa personalmente, y límpialo a fondo, aunque debas usar tu lengua. Debes hacerlo mientras estamos sentado a la mesa.

 

Había ordenado que sirvieran cuatro tipos de comida: europea, típica de Shanghai, Japonesa y persa.

 

Todo era parte del juego.

La enorme casa ricamente amueblada, las comodidades y atenciones “especiales” para Shishio y sus invitados, el cuidado en cada detalle de toda la etiqueta, menús, hasta que miembros de la servidumbre podían estar en presencia de sus huéspedes y cuales no, el detalle de  su propia apariencia y disposición... Los hombres poderosos mostraban su éxito con todas aquellas tonterías.

 

Los humanos eran unos necios.

 

Se sentía disgustada consigo misma por prestarse a ello.

Era de esperar de un demonio, dado que el aura de poder a su alrededor servía muy bien a sus propósitos de atraer incautos humanos a sus redes.

 

Pero ella...

Miró a Enishi recostado contra la silla, la expresión inescrutable instalada en su rostro, midiendo a Shishio, y suspiró. Ahí estaba la respuesta de por qué hacía lo que hacía...

 

-         Habíamos quedado en un punto muy interesante cuando tuvo su... accidente.- dijo Shishio, ya sentado a la mesa – Coincido con Ud. en que los ideales de la época del Bakumatsu sólo eran un disfraz para la lucha por el poder. El gobierno del Shogun era débil. Y por eso cada partido sacó su estandarte y creó el caos en nombre de la Justicia. “Reverenciar al emperador y expulsar a los bárbaros” “destruyan al Bakufu, abran el país”, tonterías para los crédulos... La verdad es que cuando el débil tiene el poder, los lobos se sueltan fácilmente de sus ataduras y estalla el desorden hasta que se sacian con la carne de los indefensos y el más poderoso de la manada restablece la jerarquía natural.

-         Oh, sí... Ya lo habíamos discutido... - comentó Enishi, con sorna- “la carne de los débiles es el alimento de los fuertes”.

-         Lo verá cuando regrese a Japón. ¡Regrese conmigo, y sea de los fuertes!

-         Cuando regrese a Japón, será para resolver ciertos asuntos que he dejado pendientes allí, no para conquistarlo. Prefiero hacer negocios. Da menos problemas- sonrió Enishi

-         No puedo creer que un hombre con su talento y tan emprendedor pueda dejar pasar esta oportunidad. ¡El futuro es nuestro! Sé que Ud. es un excelente espadachín, podría ser parte de nuestro grupo de elite, y tendría numerosas ventajas en el nuevo Japón para expandir su negocio, claro que solo teniéndome como cliente exclusivo. Construya con nosotros la nueva era.

-         Creo que Ud. sabe tan bien como yo, Shishio-san que las cosas no se reducen a eso- terció Asiyah, sin levantar la vista de su plato.

-         Es el caos el que trae la fuerza y establece el equilibrio correcto, Asiyah-san. Es un hecho histórico. Y yo pretendo borrar de la faz del Japón al débil gobierno Meiji, que se humilla ante los extranjeros, y crear un gobierno fuerte, que sea respetado.

-         ¿...y que luego trascienda las fronteras?- Asiyah seguía mirando fijamente hacia la mesa.- Tal y como hacen esos mismos extranjeros...

-         ¿Por qué no?- dijo Houji – Si el destino de los fuertes es devorar a los débiles y ciertamente Shishio-sama hará de Japón un país fuerte y poderoso, es justo que Japón de cuenta de los débiles a su alrededor.

-         Ya veo... - Enishi recordó la charla con Asiyah y la miró con el rabillo del ojo. Seguía muy interesada en el contenido de su vajilla.

-         En realidad, Shishio-san, el caos que pretende imponer no tiene como objetivo hacer más fuerte a Japón. – Asiyah por primera vez levantó sus ojos y enfrento la mirada de Shishio.

 

Una reprimida exclamación de sorpresa atravesó la mesa, cuando inesperadas pupilas doradas se encontraron con las rojas de Shishio. Sólo Shishio y Yumi parecían no haber sido tomados desprevenidos. La expresión que Enishi tenía en el rostro era más de enfado por como se estaban yendo de control las cosas, que una de sorpresa.

 

-         Me preguntaba cuanto demoraría... - rió Shishio, y giró mirando con curiosidad a Enishi- No parece estar sorprendido, Yukishiro.

-         Los últimos meses me han enseñado que debo esperar lo inesperado a mi alrededor.- dijo Enishi, en un tono tan bajo que parecía  casi un gruñido.

-         ¿Creen en el Infierno?

-         Definitivamente- dijo Asiyah

-         Ah, yo pienso que los hombres, sean buenos o sean malos, comparten la misma carne, y se pudren de la misma manera cuando se mueren.-  dijo Houji, tratando de recomponerse de la sorpresa y de entender lo que estaba pasando a su alrededor

-         Siempre creí en él. Es mi destino final.- dijo Enishi, con calma

-         Por supuesto que existe. Y lo tenemos delante de nuestros ojos. Cada vez que gente como nosotros derrama sangre, en los arrabales de una ciudad como esta, cuando los corruptos se enriquecen a costa de los infelices... Eso es el infierno. – dijo Shishio, tomando nota mental de la necesidad de enseñar su credo a Houji en un futuro muy cercano.

-         No, es solo una manifestación del mal. De los demonios que pretenden infectar la tierra y demostrar que tenían razón cuando se rebelaron. Y Ud., Soujirou-san... cree en el infierno y los demonios?

-         Ah... – Soujirou pasó su mano por detrás de su cabeza, desconcertado, y su tradicional sonrisa se le instaló en el rostro.- Supongo que... sí...

 

Una imagen que hacía muchos años que no recordaba se presentó en su cabeza

 

< Era él mismo, de pequeño.

Estaban en el depósito de arroz que poseía su familia y él contemplaba a Shishio-sama desde detrás de un costal del cereal.

 

-         Uh... Shishio-san

-         ¿Sí?

-         Ud. mató a aquel policía, ¿Ud. es un hombre malo?

-         Los del gobierno Meiji son los malvados. Ellos me usaron, y luego trataron de matarme quemándome vivo.

-         ¡Entonces Ud. es un hombre bueno!

-         No. Soy un demonio salido del Averno[1]>

 

La voz  de Yukishiro-san lo trajo de nuevo al presente

 

-         Ah, esto se esta poniendo demasiado teológico para mi gusto- interrumpió Enishi. Asiyah podía leer su nerviosismo, oculto tras su máscara de impasibilidad- Ni siquiera sé porque deberíamos tener esta conversación. ¿Por qué no discutimos acerca de las adiciones que desean hacer a su “pedido”?

-         Una excelente idea.- acotó Houji, que contemplaba nervioso el duelo de miradas entre su jefe y la mujer del traficante, que había recuperado casi totalmente el color esmeralda en sus pupilas. Evidentemente, se sentía tan incómodo como Enishi ante el giro de la conversación- Shishio-sama y yo pensábamos que se podrían agregar un par de cañones más. Y  queremos al menos dos ametralladoras extra.

-         Los americanos han producido una innovación muy interesante. La llaman torpedo. Requeriría una modificación bastante importante del... - Enishi hizo una pausa tratando de recodar el nombre con el cual Shishio había decidido bautizar la nave-... Rengoku[2]... y atrasaría la entrega, pero por los resultados preliminares que pude observar, les garantizo que vale la pena. Como les dije hoy durante el viaje, podemos arreglar una demostración a la brevedad.

-         Sería conveniente- terció Soujirou

-         Es extraño que se halle tan al Este.- Yumi participaba por primera vez de la conversación- Ud. viene del Oeste.

-         Técnicamente de las cercanías de lo que se conoce como la ciudad de Petra, para ser exactos[3]. Pero residía en Persia. De todas maneras, tengo familia en estas regiones. Desde mi punto de vista, es más curioso que la gente de las Islas pise el continente que el que yo este tan al Este.

-         Si por “las Islas” se refiere al Japón, madame, hace siglos que los japoneses tenemos presencia en el continente, como Ud. lo llama- comentó Houji, molesto

-         No se refería a ese tipo de presencia-  intervino Enishi, quien era ahora el que hundía su mirada en el plato,

-         Efectivamente, Houji, Asiyah-san se refería a otra cosa.- Shishio miraba cada vez con mayor detalle a Enishi, preguntándose cuanto sabía realmente... y cuanto intuía.

 

Houji, estaba realmente molesto. Shishio-sama, la extraña jovencita, Yumi... ¡hasta Yukishiro! Todos salvo él entendían sobre que se hablaba allí... excepto tal vez Soujirou, quien parecía estar tan perplejo como él. Teniendo en cuanta que el Tenken era el segundo al mando de Shishio-sama, el hecho era altamente perturbador.

 

-         Es cierto. No es habitual que nos adentremos tanto en estas tierras. Supongo que tampoco es habitual que una jovencita de su edad, ¿cuántos, ciento setenta, tal vez?, pase tanto tiempo fuera de su clan... er... familia.- intervino Yumi

-         Me halaga, pero a decir verdad,  son doscientos catorce para ser precisos.

 

Enishi casi se ahogó con el vino, y la miró con incredulidad, y Shishio tomó nota mental del dato. Soujirou y Houji parecían no haber registrado el significado real del último intercambio.

 

Sabía que no tenía sentido ocultar su verdadera edad, después de todo, en una confrontación era muy difícil que una Yinniyeh de su edad pudiera hacer frente a un demonio que a juzgar por lo que sabía de Shishio y su intervención durante la guerra civil japonesa, debían ser cientos de años mayor que ella.

 

-         Interesante. La imaginé algo más joven. De todas maneras, lo es más de lo aconsejable para estar sola.

-         No lo está.- comentó Enishi

-         No, por supuesto... Pero creo que Ud. sabe a que aspecto me estoy refiriendo, y no lo involucra a Ud.

-         Sí, sé que es lo que quiso decir. Por eso aclaro: en ningún aspecto. Y definitivamente si me involucra.

-         Ah, ya veo... - comentó Yumi, observándolo con detenimiento, hasta que la intensa mirada turquesa la obligó a bajar los ojos.

 

Asiyah sonrió.

 

En general, él dejaba que luchara sola sus propias batallas, (sobre todo desde que sabía lo que era en realidad), porque ella debía ser fuerte para ser digna de estar a su lado.

Sin embargo, parecía que las cosas se estaban pasando de la raya para el gusto de su compañero...

 

El mensaje llegó evidentemente a destino, porque la conversación volvió a encausarse hacia los negocios y finalizó con un acalorado debate sobre política y filosofía por parte de Asiyah y Houji, mientras Soujirou, irremediablemente aburrido,  era el primero en hacer su viaje de regreso a su habitación, con la dispensa de su jefe y sus anfitriones. Asiyah casi sintió pena por el jovencito, y se preguntaba que oscuro acontecimiento lo había arrojado a las huestes del demonio sentado en su sala.

Poco después de su partida, Shishio, y Yumi decidieron seguir el camino de Soujirou y a Houji no le quedó otra salida que unírseles, para alivio de Asiyah y Enishi.

 

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Shishio yacía en la cama, mientras Yumi comenzaba el ritual de masajear su dañada piel con elixires que aliviaban la comezón provocada por los vendajes  y la humectaban lo suficiente para que no se produjeran nuevas cicatrices.

 

-         Es altamente inconveniente que nos quedemos en la casa

-         Estoy de acuerdo. Él tiene más información de la que esperaba.- coincidió Yumi

-         ¿Pudiste tomar algo de su sangre?

-         No, la anciana no nos  perdía de vista. Pero esta noche bajaré a la biblioteca y me haré cargo del asunto.

 

Hubo un breve silencio, que fue roto por Shishio.

 

-         Creo que ella ya compendió la verdad.

-         ¿Acaso crees que es posible?

-         Si no lo hizo aún, será cuestión de horas. Es por eso que debemos irnos pronto de aquí.

-         No puedes perder un enfrentamiento con ella.

-         ¡Claro que no! Pero tenemos el éxito tan cerca... Ya nos encargaremos de ambos... a su debido tiempo. Ahora... me gustaría sacármela de la cabeza... ¿Alguna sugerencia?

-         Mmmm... veamos...

 

Una lasciva sonrisa atravesó el rostro de Yumi, mientras la luz de las velas echaba sombras siniestras sobre el resto de su faz.

 

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No intercambiaron palabra hasta que atravesaron la puerta de su cuarto.

 

-         Esta bien. Tenías razón.- Enishi estaba apoyado con la espalda contra la puerta y la miraba de hito en hito- Hora de explicaciones, Asiyah. Quiero saber porque me están pasando estas cosas, antes de que pierda la razón por completo. No es que este muy cuerdo, no después de las cosas que he vivido y visto, pero he llegado  al punto de preguntarme si no he perdido completamente la chaveta y esto es parte de mi delirio. Necesito respuestas. Muy buenas, muy largas y muy completas respuestas. Empecemos por nuestro encuentro en el desierto. Quiero saber que tan casual fue y la causa real de que me sacaras de allí.

-         No puedo decirte si fue casual o no, porque no lo sé. Solo sé que te sentí y supe que había algo especial en ti. Es verdad que no hubiera salvado a otro humano, no arriesgándolo todo. Tú también eres un ser con habilidades mágicas... solo que aún no las descubres ni las desarrollas. Y fue eso lo que me atrajo y me impulsó.

-         Bueno, esto sí es nuevo... – río entre dientes- Que tú seas una Yinniyah, bien, lo acepto, porque no puedo negar que vi y experimenté ciertas cosas. Que Shishio y Yumi sean un demonio y una hechicera respectivamente, todavía me debes explicaciones al respecto. Pero que ahora me digas que yo entro en la categoría de ser fantástico... Es... demasiado. Creo que sé muy bien que soy y que no soy. Y soy humano. Muy humano, creo yo, sin ningún poder especial aparte de los que he ganado a través de un duro entrenamiento en kenjutsu.

-         En parte es así. Y por ahora... No digo que esto sea fácil de aceptar. Seguramente no lo es. No deseaba tener esta conversación contigo hasta dentro de algún tiempo, cuando empezaran a aflorar tus cualidades mágicas, porque no estás listo para entender, pero los acontecimientos no me dejan otra salida. Por ahora ayúdame, vamos a prepararnos para pasar la noche lo más protegidos que nos sea posible.

 

Asiyah buscó en sus arcones y con un movimiento amplio de sus manos arrojó sobre la alfombra un polvo brillante que se depositó lentamente sobre ella.

 

-         ¡Hey! ¿Qué hace la alfombra de la biblioteca aquí? ¡Mi alfombra persa!- exclamó al ver aquel polvo extraño depositándose sobre la exquisita trama.

-         Tengo que cerciorarme que no haya quedado ni una gota de tu sangre en ella. No quisiera que la hechicera tomara ventaja. Así que para asegurarme que la limpieza fuera a fondo y sin sospechas la hice traer aquí mientras cenábamos. Mañana la haré colocar en la biblioteca nuevamente. Y no te quejes tanto. Tienes una Yinniyeh persa también.- ella pasó su mano por su mejilla, tratando de que su ceño fruncido desapareciera, sin mucho éxito.- Además aún falta lo peor...

-         ¿Qué quieres decir?

-         Debemos armar un círculo mágico. Y se hace con limaduras de hierro... entre otras cosas.

 

Un gruñido bajo y la mirada afilada no dejaban lugar a dudas del mal humor que embargaba a Enishi.

 

-         Es absolutamente necesario, al menos si queremos dormir.- Asiyah trató de excusarse, casi con timidez.

-         Estoy empezando a pensar que sería conveniente buscarles otra residencia para su estadía.

-         Mientras estén en el continente, hay peligro. Sin embargo, no sería mala idea que se fueran de la casa. Pero no te apresures. Estoy segura de que ellos mismos te lo propondrán.

-         Espero que tengas razón.

 

Finalmente, después de trazar el circulo alrededor de su cama,  y de ubicarse dentro de él cuidando de no romperlo, se sentaron en el lecho. Y Asiyah comenzó una extenuante tarea de dar explicaciones, algunas de las cuales ella estaba segura que él no estaba listo para aceptar o comprender.

 

-         Esto se esta poniendo demasiado complicado para ser un simple delirio...

-         Muchas de las cosas que te he narrado seguramente no parecen tener sentido. Y no lo tendrán hasta que empiecen a sucederte. Por el momento, creo que es todo lo que puedes absorber.

-         Deduzco que mi magnética personalidad animal es lo que te atrajo. - dijo él con sorna.

-         Fuiste tú el que me cazaste por media China, ¿recuerdas?

-         No fue por media China, sino por todo el territorio.  Y no recuerdo que hayas resistido cuando te encontré.

-         ¿Después del primer encuentro en el desierto y mi acto de desaparición posterior? Es cierto. No me resistí. Supongo que no quería pasar sola los próximos siglos.- ella rió por lo bajo y disfrutó la expresión confusa en los ojos de él- Siendo lo que eres, desde el momento en que despiertes tendrás como yo, una vida más prolongada que los humanos. Imagino que preferirás pasar ese tiempo con alguien que conozcas y no ver envejecer y morir a las hechiceras que te encadenaran hasta que otra ocupe su lugar. Porque ese sería tu destino en manos de una hechicera humana. Y en manos de un demonio sería mucho peor. Y no tienes alternativa. O eres consorte de una Yinniyeh, que en realidad te servirá a ti y no tu a ella, o ser siervo de una hechicera o esclavo de un demonio. Tú eliges.

-         ¿De veras tienes más de doscientos años de edad?

-         Ahá. Sólo que en términos Yinn es más o menos el equivalente de unos dieciséis o diecisiete años.

-         No estoy diciendo que acepte todo esto, pero... ¿podrías explicarme que hacen una bruja y un demonio en mi casa? Solo he pensado en esto años en cobrarme la deuda sobre el asesino de Tomoe, y de pronto, me encuentro rodeado de gente que no es gente, al menos no en el sentido habitual del término, y de cosas que jamás pensé que existieran.

-         Digamos que es mi culpa. Si yo no hubiera aparecido en tu vida, nunca habrías notado estas cosas, aunque te hubieran sucedido de todas formas.

-         Si no hubieras aparecido en mi vida, sería una osamenta enterrada en la arena. Gracias por esa parte de tu aparición. Y créeme: no me quejo de otras partes de nuestra relación en lo absoluto, me gustan mucho a decir verdad.- la mirada que recibió fue muy significativa-  Pero esto es muy... confuso, muy difícil de aceptar. A veces creo que nunca salí del desierto y estoy alucinando allí. Otras, que finalmente las maldades de mi vida me alcanzaron y vivo en mi propia pesadilla de locura.

-         Te dije que el camino no iba a ser fácil. Para eso estoy aquí, para guiarte. Tu no debes preocuparte de entender todo esto ahora. En cuanto a Shishio y Yumi, a ti, a mí, creo que algo va a suceder y por eso esta súbita aparición de seres del otro reino entre humanos... No pienso que esto sea obra de la casualidad. Sospecho que es parte de algo mayor. Pero no puedo saber aún qué. Incluso hace varias noches que sueño con otro Yinn...

-         ¿Las pesadillas?

-         Sí. No alcanzo a descifrarlas. Todo esto es como un gran rompecabezas... Normalmente no nos cruzamos en este reino con otros Yinn, ni con demonios o criaturas de tu naturaleza. Y que estemos los tres juntos aquí y un Yinn allí afuera en algún lugar no solo es poco común, es... inquietante.

-         Mientras no interfiera en mis planes, podré tolerar la situación.

-         Cumpliré mi palabra y te ayudaré en tu búsqueda de justicia hasta el final- Asiyah se negaba a llamar a aquello venganza-  Y espero que tú cumplas con tu parte y nos alejemos de todo esto en cuanto lo consigas.

-         Nunca dejo de cumplir lo que prometo.

-         Bien, déjame a mí manejar la situación. No debes quedarte a solas con Shishio, yo debo estar presente en todo momento. A los otros, tú puede manejarlos, excepto a Shishio... y su bruja. Soujirou es un mal menor, pero no esta conciente de a quien sirve, por lo que es solo un humano. Tú puedes encargarte si las cosas se salen de control. Pero tenlo bajo vigilancia. Y en cuanto a los que pasa alrededor de ti... y de mí, también me encargaré del tema. Confía en lo que te he dicho, de aquí en más trataré de ir explicándote las cosas que te aguardan con mayor detenimiento, ahora que sabes lo que eres... 

 

<Al menos en parte... > concluyó Asiyah en su mente

 

-         ¿Es necesario que este siempre contigo cuando deba ver a Shishio?

-         Conozco los detalles de todos tus negocios. No dije nunca que los aprobara pero tampoco te juzgo. También debes tomar en cuenta que soy Yinn.. Y no nos preocupan demasiado los humanos y su suerte. Tú sabes, tenemos una muy conocida y amplia mala fama respecto a como tratamos a los humanos. En lo personal pienso que los sufrimientos que los humanos se producen entre sí son a causa de sus propias pequeñeces espirituales. Entonces es su culpa y su responsabilidad.  Si tu vendes armas es porque alguien desea tenerlas. Da lo mismo que seas tú u otro el que las provea entonces. Lo que hagas, al menos por ahora, es asunto tuyo. Lo único que me interesa es estar contigo. Y preferiría que permanezcas en una pieza.

-          Oh... - una amplia sonrisa maliciosa se dibujo en su rostro

-         No sueñes. Tenemos días muy agitados por delante. Necesito toda mi energía.

-         Entonces... te tendré como mi sombra, me guste o no...

-         Por ahora, sí.

 

Hubo un prolongado silencio. Asiyah había empezado a dormirse cuando lo oyó hablar.

 

-         Quisiera hacerte una pregunta

-         Rápido, quiero dormir.

-         ¿Cómo es posible que soportaras doscientos años sin... tú sabes...?

-         Duérmete- lo interrumpió.

 

La risa ahogada de él fue lo último que escuchó antes de caer en el sueño profundo.

 



[1] basado en Manga  RK Volumen 16, N° 131, traducción al inglés de Maigo-chan

[2] Purgatorio, según las notas del manga

[3] Petra esta en Jordania en medio del desierto y esta excavada completamente en la roca viva. Antiguamente era el centro de las rutas de las caravanas y  controlaba el paso de estas mediante peaje eso la convirtió en una ciudad muy rica y poderosa. Se consideraba virtualmente inexpugnable por su inaccesibilidad, pero después de varios intentos fue capturada finalmente por los Romanos. Durante un tiempo mantuvo su influencia aunque con la construcción de otras ciudades en el área por parte de los romanos, finalmente fue decayendo y terminó abandonada. Para aquellos que hayan visto Indiana Jones y la Ultima Cruzada, es la ciudad del desierto donde encuentran el Santo Grial. (no, no eran maquetas... era Petra...)